Fecha de presentación: septiembre, 2019

Fecha de aceptación: noviembre, 2019

Fecha de publicación: enero, 2020

Prevención de las enfermedades: tarea inapelable para el trabajador de la salud

Disease prevention: unappealable task for the health worke

Dr. Emilio Isaías Manzo Espinoza, M.Sc.[1]

dr.emismae@hotmail.com   

ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8967-4826

Dra. Kelly Beverly Gómez Mejía[2],

dra.kebegm@gmail.com       

ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4357-9257

Dr. Rogelio Bermúdez Sarguera, PhD[3] 

rbsarguera@gmail.com      

ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3293-9242

 

 

 

Cita sugerida (APA, sexta edición)

Manzo Espinoza, E. I., Gómez Mejía, K. B. &  Bermúdez Sarguera, R. (2020).Prevención de las enfermedades: tarea inapelable para el trabajador de la salud. Revista Mapa, 5(18), 57-64 Recuperado de http://revistamapa.org/index.php/es

 

 

 

                                                    


RESUMEN                                                                                       ABSTRACT


Cualquier medida que se tome para prevenir las enfermedades en el personal de la salud, resulta sumamente importante. Son ellos los que restauran y preservan el estado de bienestar físico, mental y social de toda la población, por lo que sus personalidades han de ser armónicas, equilibradas, y su estado físico debe resistir el enfrentamiento de largas jornadas en condiciones muchas veces precarias, que respaldan la salud de los demás. Es por ello por lo que este trabajo se propone como objetivo valorar la prevención de las enfermedades en los trabajadores de la salud como una praxis basal de este contexto laboral. Los métodos de investigación esgrimidos por excelencia apuntaron al análisis-síntesis de la información recopilada a través de la revisión de la documentación especializada, así como el método histórico-lógico para establecer la cronología de los hechos que se exponen y el enfoque sistémico-estructural a favor de organizar la información obtenida. Los resultados esperados fundamentales se configuran a favor de prevenir las enfermedades susceptibles de contraer por los trabajadores del contexto de salud mediante la educación y capacitación de contenidos pertinentes al respecto que deben incluir, predominantemente normas básicas de higiene y protección laboral. Resulta conclusiva la idea según la cual no ha de obviarse el proceso investigativo, mediante el cual podría darse al traste con las falencias de índole metodológicas y prácticas que pugnan por ser resueltas en el contexto de la salud. 

Any action taken to prevent disease in health personnel is extremely important. They are the ones who restore and preserve the physical, mental and social well-being of the entire population, so their personalities must be harmonious, balanced, and their physical state must resist the confrontation of long days in conditions many times which support the health of others. That is why this work aims to assess the prevention of diseases in health workers as a basic practice of this work context. The research methods used par excellence pointed to the analysis-synthesis of the information collected through the review of specialized documentation, as well as the historical-logical method to establish the chronology of the facts that are and the systemic-structural approach to organizing the information obtained. The key expected results are configured in favor of preventing diseases likely to contract by health context workers by educating and training relevant content in this regard, including, predominantly basic standards of hygiene and occupational protection. The idea that the investigative process should not be overlooked, by which it could be disrupted by the methodological and practical shortcomings that are likely to be resolved in the context of health, should not be overlooked. 

 

 

Key words: illness, occupational disease, risk factors, prevention, health


Palabras claves: enfermedad, enfermedad ocupacional, factores de riesgo, prevención, salud

 

 

 

 


 


 

 

 

 

 

 

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INTRODUCCIÓN

El trabajo es una actividad necesaria al hombre y le ha facilitado la producción de los bienes materiales y espirituales para su calidad de vida. Sin embargo, algunas veces, el profesional de la salud se ve obligado a ausentarse de su puesto de trabajo por problemas médicos. ¿Cuál es la causa primigenia de esos problemas que son de la misma naturaleza que el trabajo o labor que desempeñan?, ¿por qué no pueden prevenirse esos problemas, si supuestamente el trabajador de la salud cuenta con los recursos pertinentes para ello y, además, con la experiencia que allí se exige?

Los trabajadores de los recintos hospitalarios, querámoslo o no, se hallan en constante riesgo por los fluidos corporales de los pacientes y las condiciones que engendra la propia labor que realizan. En ocasiones, enferman, y sus patologías pueden estar vinculadas con la profesión. En consecuencia, aparecen ausencias que están motivadas por otras causas, de índole personal, social y organizacional. Todo ello conduce a dificultades en el desempeño exitoso de las funciones en dichos centros, lo cual se complejiza al tratarse de un hospital pediátrico. Ello se debe a que ahora los daños pueden poner en peligro la vida de un infante, por lo que analizar las causas del surgimiento de las enfermedades originarias por la ocupación y elaborar, consecuentemente, estrategias para su prevención, es una tarea urgida y meritoria de una investigación.

En la palestra investigativa, múltiples autores se han centrado en revelar la relación solapada y encubierta de las enfermedades ocupacionales y el desempeño especifico de cada trabajador de la salud, lo que nos aboca a la estructuración de programas de investigación que logren, no solo el diagnóstico de las condiciones bajo las que tienen lugar los sucesos perentorios de análisis en el campo de la salud, sino también en las metodologías que deben aplicarse para su atenuación o eliminación. 

METODOLOGÍA

En este sentido, desde el Grupo Asesor Control de Infecciones y Epidemiología de los Estados Unidos, Stern (2008) reporta que el control de las infecciones, en el personal de la salud, es parte integral de la organización de los programas de control de infecciones, y debe tener en cuenta la educación del personal y la colaboración con el equipo de control de infecciones, para realizar la investigación, el monitoreo y la vigilancia de potenciales exposiciones a infecciones o brotes.

Si bien hace ya más de un siglo existen expresiones de vigilancia epidemiológica, su aplicación real data de los últimos 40 años, relacionada específicamente con las enfermedades infectocontagiosas, al surgir en Estados Unidos el Sistema de Notificación de Eventos Centinela para Riesgos Ocupacionales, puesto en práctica en uno de los estados por el sistema de salud, para reportar enfermedades y lesiones específicas del trabajo a las instituciones de salud, con la finalidad de prevenir y controlar (Betancourt, 1995). Este Sistema pulsa al Instituto de Seguridad y Salud Ocupacional a la vigilancia de la salud de los trabajadores en una lista de 50 enfermedades denominadas "Eventos Centinelas de Salud Ocupacional". Lo significativo en la lista es que incluye "sólo aquellas condiciones...para las cuales existe en la literatura científica información objetiva y documentada sobre la asociación con agente, industria y ocupación" (Betancourt, 1995, p.159). La lista sirvió como base para el reconocimiento médico y la vigilancia epidemiológica convencional. La definición alude a la “enfermedad, incapacidad o muerte cuya ocurrencia innecesaria sirve como señal de que la calidad de la atención médica y de la prevención de enfermedades debe mejorarse” Betancourt (1995, p.159), centrándose solo en lo biológico y natural, y en detrimento de lo sociocultural.

Es por eso por lo que Betancourt (1995) utiliza la expresión de “monitoreo epidemiológico” de la salud de los trabajadores, tratando de sustituir la teoría y la práctica de lo que en Salud Pública se denomina “vigilancia epidemiológica”. El monitoreo epidemiológico está dirigido al conocimiento y prevención de las enfermedades en general y, de manera particular, a los problemas de salud de los trabajadores, identifica las condiciones que generan esas alteraciones de salud y difunde y utiliza dicha información para la planificación y ejecución de actividades de promoción y prevención en la salud de los trabajadores.

Para prevenir los riesgos laborales, lo primero que debe hacerse es identificar los procesos que pueden atentar contra la salud del trabajador y, luego, eliminar los evitables y evaluar los que no se pueden evitar, a los efectos de minimizar el daño sobre la salud.

Dadas las exposiciones constantes y obligadas de los trabajadores a virus, bacterias, accidentes de trabajo y tensiones sociales y psicológicas, se crean programas de protección de su salud, como es el caso de los Estados Unidos, donde el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunizaciones recomienda las inmunizaciones contra la hepatitis B, influenza, sarampión, parotiditis, rubeola, varicela, tétanos y enfermedades neumococicas. La vacuna antituberculosa bacilo de Calmette-Guerin (BCG) se utiliza en aquellos sitios donde haya elevados porcentajes de pacientes con tuberculosis resistente a isoniazida y rifampicina (Morelos et al., 2014).

Se toman, además, medidas extremas para la correcta eliminación de los residuos peligrosos biológicos infecciosos, el uso de guantes de latex o nitrilo, gafas de protección, bata de laboratorio, cubreboca o mascarilla, siempre que se requieran (Morelos et al., 2014).

Indispensables se torna el lavado médico de manos. Sin embargo, en la investigación de Zamudio et al (2012), el apego de los profesionales de la salud a la higiene de manos arrojó un 60%, menos de lo esperado, a pesar de la sencillez y la efectividad de esta medida. Las actividades de capacitación, al respecto, son desestimadas, al ser consideradas una estrategia demasiado convencional. De igual forma, frecuentemente se excluyen cinco momentos relevantes de higiene de las manos, las cuales deben tener lugar, según Zamudio et al. (2012), antes del contacto con el paciente y antes de un procedimiento limpio o una tarea antiséptica, en un sitio crítico que condiciona riesgo de infección para el paciente, a pesar del uso de guantes, así como después del contacto con líquidos corporales o secreciones del paciente, después del contacto con el paciente y después del contacto con objetos en el entorno del paciente.

La utilización e higiene de las batas sanitarias y una adecuada salud mental sirven también como medidas para prever enfermedades en los trabajadores de la salud.

Pérez y Corveas (2005) abogan por las actividades físicas, las posturas adecuadas al sentarse, caminar y cargar pesos que pueden llevar a afectaciones y lesiones crónicas de músculos, huesos y articulaciones.

Para prevenir y contrarrestar las enfermedades isquémicas del corazón, cerebrovasculares, hipertensión, obesidad, osteoporosis, diabetes, ciertos tipos de cáncer, artropatías y trastornos psicológicos, Martínez y Saldarriaga (2008) proponen la actividad física. Si bien los profesionales de la salud tienen mucha actividad, no son ejercicios integrales que tonifiquen y actúen sobre todos los músculos del cuerpo. Es importante tener un espacio para el ejercicio, pues este ayuda no solo al cuerpo, sino además a la mente, a la concentración en sí mismos y es una fuente liberadora de estrés, ya que el ausentismo no sólo indica enfermedades, sino también insatisfacción en el trabajo, percepción negativa del empleado sobre su trabajo, las relaciones laborales, la remuneración y las tareas rutinarias.

Son viables las propuestas de Miranda y Montero (2006), que defienden el reconocimiento de la labor realizada, la investigación, la atención a las necesidades primarias y de salud que más influyen en la calidad de vida de trabajo, y como consecuencia, la salud. Ellos otorgan valor a la realización de estudios que determinen la cantidad de personal que debe trabajar en cada servicio, implementar estrategias para la motivación verbal y escrita, la equidad en la asignación de tiempo extra, y disponer de espacios durante todos los turnos para promover sesiones de terapia o relajación.

Cardoso et al. (2013), en Argentina, enumeran una serie de recomendaciones para disminuir el ausentismo laboral en el Hospital “Dr. Humberto Notti”, especificando el tipo de personal al que va dirigido y centrados, básicamente, en los aspectos psicosociales.

Los autores recomiendan al personal de enfermería --que en el presente trabajo incluye a los médicos, pues están sometidos a cargas psicosociales muy semejantes, por concepto de horarios rotativos y nocturnos, presión de trabajo, bajo las órdenes de los mismos directivos en la institución--, preocuparse por conocer las políticas, normas, visión y misión de la institución a la cual pertenece, informar con anticipación sus inasistencias o retrasos, comunicarles, a sus superiores, sus necesidades o descontento, aumentar su nivel de compromiso con la institución donde se desempeña, crear conciencia y evitar faltar los días feriados y fines de semana para no provocar recargos en el personal existente y conocer a los directivos de la institución.

De igual manera, Cardoso et al. (2013) sugiere no olvidar o dejar de lado la importancia de la investigación, establecer un mecanismo de retroalimentación para atender las inquietudes de los profesionales, en cuanto a las oportunidades que le ofrece la institución donde trabaja para opinar en asuntos que le afecten profesionalmente y otorgarles libertad para la toma de decisiones, en el área que le compete y, en general, cualquier opinión que esté dirigida a mejorar su satisfacción y desempeño laboral, promover el reconocimiento hacia el profesional cuando este desempeña su labor con responsabilidad, eficiencia y eficacia, haciéndole saber lo útil y necesario que es para la organización, mejorar o modificar las condiciones laborales o factores que estén afectando negativamente al personal. Se logrará, de esta manera, un recurso humano más satisfecho, eficiente y motivado laboralmente. No es ocioso apuntar, como lo refiere este mismo autor, que el jefe del servicio tenga en cuenta, a la hora de realizar el diagrama de trabajo, colocar los posibles recargos cuando al día siguiente tenga su franco dicho profesional; de esta manera, se evitaría que este se ausente de su puesto de trabajo, diseñar una planilla de control de asistencia, donde se especifique las razones de ausencia y los días perdidos, implementar medidas más rigurosas para el personal que se ausenta del lugar de trabajo, aduciendo en reiteradas oportunidades motivos personales, que el jefe del servicio fomente las relaciones interpersonales entre compañeros de trabajo y, a su vez, su relación con sus subalternos, lo cual dará como resultado una rápida y eficiente resolución de conflictos y el trabajo en equipo, logrando la satisfacción del personal Con estas medidas, se pretende disminuir el ausentismo, pero no van encaminadas a estimular el deseo de ser saludables, de mejorar las defensas inmunológicas desde el enriquecimiento espiritual, y sí a la presión administrativa sobre los ausentes, el aumento del control y el mejoramiento de las condiciones de trabajo.

Vigilancia de la salud laboral es la forma de nombrar, en España, (ISTAS, 2015) a la recolección sistemática y continua de información sobre un problema específico de salud para su análisis, interpretación y utilización en la planificación, implementación y evaluación de programas de salud pública. Los datos se recogen a través de encuestas de salud, controles biológicos, estudios de ausentismo, registros de accidentes, y evaluación de riesgos laborales. También se realizan exámenes de salud a los trabajadores, en relación con esos riesgos.

De este modo, se evitan que las condiciones de trabajo dañen la salud de los trabajadores, interpretando situaciones alarmantes, vinculadas a los factores de riesgo presentes en el medio ambiente de trabajo, en fase temprana y reversible, como parte del plan de prevención.

Teniendo en cuenta que, en 1977, la Asamblea Mundial de la Salud llamó a la comunidad internacional y a los estados miembros a alcanzar la meta de Salud para Todos, enarbolando entre sus principios destacar la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades (Rodríguez, Meras y Rodríguez, 2012), es importante que las acciones a favor de la salud lleguen a todos. En este sentido, Betancourt (1995) propone actividades de intervención que sean efectivas, pero ágiles, en términos de costo, técnica y organización; de alta calidad, dada por la formación y experiencia de los integrantes del equipo de salud; oportunas, ubicadas cerca de los lugares de trabajo y residencia; concordantes con las necesidades y características de los trabajadores; coherentes con los conocimientos científico-técnicos y las prácticas aceptadas por los propios trabajadores; y receptivas y abiertas para utilizar los recursos locales de salud de los trabajadores y de otros sectores (Betancourt, 1995, p. 180).

Los contenidos de educación y capacitación de los trabajadores para la salud deben incluir normas básicas de higiene y protección laboral: consumo de alimentos y nutrición de los trabajadores, abastecimiento de agua potable y saneamiento básico en los lugares de trabajo, salud de la mujer trabajadora y la atención pre y perinatal y durante el puerperio. Se consideran también elementos como el acoso sexual, el control de las enfermedades infecciosas, el tratamiento oportuno de los problemas de salud y la rehabilitación (Betancourt, 1995).

La necesidad de formar al personal de la salud para la atención a la población y a su propia salud, organismos como la Federación Internacional para la Medicina de Emergencias (2012), en los “Estándares Internacionales de Cuidado de Niños en los Departamentos de Emergencias”, ofrece cursos de entrenamiento y competencia en Medicina de Emergencias Pediátricas, incluyendo como elemento psicosocial primordial el trabajo en equipo, a los efectos de la coordinación de las acciones terapéuticas que deben realizarse. De manera que la calidad de la atención especializada y la bioseguridad abrazan en general a la población tributaria de dicha atención, el control de las enfermedades infecciosas, el tratamiento oportuno de los problemas de salud y la rehabilitación.

CONCLUSIONES

El personal de la salud no debe quedar al margen de las condiciones que provocan las enfermedades en su puesto de trabajo, cuyo control implicaría no solo el diagnóstico de aquellas, sino también las acciones terapéuticas que deben ejecutarse para prevenirlas y eliminarlas, así como la puesta en práctica de todas aquellas formas de superación que conlleven a la promoción de la bioseguridad de los pacientes y de sí mismos.

El contenido de las formas de superación, con el objetivo de prever las enfermedades en el área de salud, deben apuntar básicamente a la conservación de la higiene y protección laboral, al consumo de alimentos imprescindibles en aras de la nutrición de los trabajadores, así como la atención específica a la salud de la mujer trabajadora embarazada y los casos donde no podrían soslayarse el acoso sexual.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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§  MORELOS, R., RAMÍREZ, M., SÁNCHEZ, G., CHAVARÍN, C. y MELÉNDEZ, E. (2014). El trabajador de la salud y el riesgo de enfermedades infecciosas adquiridas. Las precauciones estándar y de bioseguridad. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 57(4), 34-42. 

§  PÉREZ, S. y CORVEAS, B. (2005). Causas de invalidantes laborales en el personal de enfermería. Rev Cubana de Enfermería; 21(3).

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§  STERN, L.D. (2008). Cuidados del personal de la salud. Grupo asesor Control de Infecciones y Epidemiología. Obtenido el 23 de junio de 2015, desde www.codeinep.org/control/salud_del_personal.pdf

§  ZAMUDIO, I., MEZA, A., MARTÍNEZ, Y., MIRANDA, M.G., ESPINOSA, J.G. y RODRÍGUEZ, R. (2012). Estudio multimodal de higiene de manos en un hospital pediátrico de tercer nivel. Bol Med Hosp Infant Mex, 69(5), 384-390.

 



[1]  Dr. en Medicina. Máster en Medicina Ocupacional. Responsable del Dpto. de Medicina Ocupacional del Distrito 09D03, zonal 8. Ministerio de Salud Pública. 

   E-Mail: dr.emismae@hotmail.com    ORCID: 0000-0001-8967-4826

[2]  Dra. en Medicina. Jefa del Dpto. de Calidad del Hospital “Francisco de Icaza Bustamante”. 

   E-Mail:dra.kebegm@gmail.com        ORCID: 0000-0002-4357-9257

[3] Dr. en Pedagogía, PhD. Profesor Titular de la Universidad de Guayaquil.

   E-Mail: rbsarguera@gmail.com        ORCID: 0000-0003-3293-9242